Por Martín Vainstein, madrij de Guiborim (grupo de 11 años)
El sábado 10 la escuela Martín Buber hizo su aparición en la Comunidad Dor Jadash. El reloj marcaba las seis de la tarde cuando el "Stop Motion" (una técnica utilizada en el cine para aparentar el movimiento de objetos fijos por medio de una secuencia de imágenes fijas) se puso en acción. Los chicos de los grupos de Guiborim (11 años) y Melajim (12 años) tuvieron que armar una minipelícula con muñecos de plastilina, con la ayuda de una webcam y una computadora.
La noche iba apareciendo pero eso no parecía afectar a nadie y menos que menos con la aparición de la música. Se hicieron juegos con Bongos y Djembes, enseñándoles la forma de emplearlos. Todos se prendieron rápidamente a la actividad y trataron de demostrar el músico que llevan adentro.
Finalmente, al caer la noche, los talleres terminaron y era hora de irse, aunque nadie quisiera hacerlo. El sentimiento de entusiasmo y emoción que predominó en los chicos durante toda la actividad pareció transmitirse a los madrijim, que parecían ser chicos nuevamente.
El sábado 10 la escuela Martín Buber hizo su aparición en la Comunidad Dor Jadash. El reloj marcaba las seis de la tarde cuando el "Stop Motion" (una técnica utilizada en el cine para aparentar el movimiento de objetos fijos por medio de una secuencia de imágenes fijas) se puso en acción. Los chicos de los grupos de Guiborim (11 años) y Melajim (12 años) tuvieron que armar una minipelícula con muñecos de plastilina, con la ayuda de una webcam y una computadora.
La noche iba apareciendo pero eso no parecía afectar a nadie y menos que menos con la aparición de la música. Se hicieron juegos con Bongos y Djembes, enseñándoles la forma de emplearlos. Todos se prendieron rápidamente a la actividad y trataron de demostrar el músico que llevan adentro.
Finalmente, al caer la noche, los talleres terminaron y era hora de irse, aunque nadie quisiera hacerlo. El sentimiento de entusiasmo y emoción que predominó en los chicos durante toda la actividad pareció transmitirse a los madrijim, que parecían ser chicos nuevamente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario