miércoles, 24 de marzo de 2010

La memoria es la exaltación de los valores que quisieron suprimir

Por Manuel Gutierrez, madrij de Melajim (grupo de 12 años)

Yo nací en 1992, no viví ese 24 de marzo de 1976 cuando comenzó el golpe de estado más terrible en nuestro país, encabezado por Videla, Massera, Agosti y muchos otros que llevaron como estandarte la violencia, el terror, la locura.

Con el tiempo me fui enterando que paso entre los años 1976 y 1983. A la vez surgieron preguntas, ¿porqué nací en España si ni mi papá ni mi mamá nacieron en ese país?, ¿porqué mi hermana no sabe donde esta su papá? , ¿por qué mis papás viajaron por primera vez en 1979?, ¿Por qué mi hermana desde que soy chico concurre a un centro llamado H.I.J.O.S?, ¿qué son las Abuelas de Plaza de Mayo, las Madres, los Nietos?, ¿secuestrados, desaparecidos?, ¿centros de detención?

A medida que fui creciendo adquirí conocimientos por la escuela y lugares ajenos a mi casa. Un día decidí preguntarle a mi mamá que había pasado, quien más que mi propia madre para contestarme estas preguntas. Note que para mi vieja fue una pregunta incomoda, note como buscaba las palabras para explicarle a su hijo mas chico lo que ella había vivido en esos años. Hasta ese momento, con 11 años, escuche que mi mamá había estado en la cárcel, nunca le pregunte que había hecho. Siempre me preguntaba, que habrá hecho para estar en la cárcel. Cuando le pregunté el por qué de su detención me explico “un día me citaron a la oficina para cobrar un dinero y cuando llegue me encontré con un militar que me detuvo por busca de antecedentes”, la detuvieron por no pensar igual que ellos.

Seguido de esto escuche su relato, como la detuvieron, como mis abuelos tuvieron que estar corriendo para saber donde estaba, como un compañero del trabajo la había delatado, torturas, miedo y terminando con el exilio. Ya tenía contestadas algunas preguntas, interesado por el tema le pregunte a mi viejo que había hecho él en esa época y me contó que se fue cuando se dio cuenta que las cosas venían mal. Mi abuela me contó vivencias en esa época con los militares.

Faltaba mi hermana, ¿porqué no conoció a su papá?, su padre fue el “Negro” Arroyo, militante en Jujuy, paso por miles de detenciones logrando escapar hasta que fue declarado como desaparecido, uno de los 30.000. Mi hermana no encontró sus restos, no sabía donde llorarle. Hasta el año pasado cuando fueron identificados sus restos, con claras evidencias de torturas terribles.

En la escuela escuche muchas entre alumnos y profesores cosas como, “¡Que bueno que es feriado!, Uuh, hay acto, ¡Ojala que termine rápido!”... yo digo, ojala no hubiera pasado nada de todo esto para no tener el día de la memoria por la verdad y la justicia el 24 de marzo.

Hoy tengo 17 años, soy madrij de la Comunidad y siento la responsabilidad de trasmitirles a los chicos sábado a sábado valores tanto judíos como valores de vida. Y en esta ocasión lo que quiero trasmitir es que no hay mejor prevención para que esto no vuelva a pasar que la memoria y seguir transmitiendo este mensaje. Ni olvido ni perdón, juicio y castigo a todos los culpables.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué historia Manu! Más allá de la prosa envidiable y el compromiso que siempre te caracteriza, creo que este artículo, lejos de las vanalidades que solemos leer sobre la dictadura más sangrienta de nuestra historia, nos ubica en tiempo y espacio con un cachetazo certero que nos pega de lleno.

Llega de otra manera esta experiencia contada en primera persona con una valentía única. Tener una hermana que cuando mira la foto familiar su viejo no está porque se lo arrancaron y una madre que sufrió en carne propia las torturas es muy fuerte y la única forma de entender lo que pasó para que no vuelva a repetirse es escucharlo de primera mano, como nos lo contás vos.

En momentos en los que a veces sentimos que nos hace falta un poco más de apoyo y de comprensión colectiva, escribir siempre es un buen calmante. Y vale la pena dar a conocer para que otros también se concienticen.

Tenemos 30.000 razones para al menos intentarlo.

Un abrazo,

IF.

Unknown dijo...

Manu, me gustaría que le leas a los chicos de Melajim tu relato.
Es importante que todos recuerden lo que ocurrió, y si se lo contás vos, con palabras tan sentidas, y que sos tan cercano a ellos, quedará por siempre en su memoria.
Un beso.
La mamá de Jesica.

Anónimo dijo...

Manu me gustaría que le leas tu relato a los chicos de Melajim.
Siendo tan cercano a ellos, quedará por siempre en su memoria para que NUNCA MÁS algo así vuelva a ocurrir.