sábado, 20 de junio de 2009

Haciendo oir nuestra voz

Romina Maizelman y Agustín Ulanovsky, Directores de Juventud, al momento de dirigirse al público

En la actividad organizada en la Facultad de Derecho, el Departamento de Juventud de Dor Jadash tuvo la oportunidad de dirigir unas palabras a los más de 300 asistentes, muchos de ellos jóvenes estudiantes de la Universidad Pública, y el cual ha sido transmitido por diversos medios de comunicación.

Les dejamos para que conozcan lo dicho:

"Queridos sobrevivientes, estimados profesores y estudiantes:

Abril de 1943. Un grupo de jóvenes judíos, pese al hambre, al frío y a carecer de recursos suficientes, se armó de valor y decidió enfrentar al ejército más poderoso de ese momento con un único fin: dejarnos un testimonio a nosotros, las futuras generaciones. La lucha de estos jóvenes fue el mayor canto a la dignidad humana en una era oscura y siniestra; su orgullo y el querer morir de pie frente a las manos asesinas nazis nos sacude y conmueve.

Junio de 2009. Tras 66 años pareciera que los hombres no hemos querido profundizar ni tomar nota; no ocurrió nada lo suficientemente grave que amerite una profunda revisión de nosotros mismos, como sociedad. Es más tranquilizador y correcto presentar a la Shoá como un caso extremo de antisemitismo o un episodio más de opresión y persecución en la historia de la Humanidad. Por supuesto, no faltan aquellos que reducen o niegan el Holocausto y, lo que quizás sea más peligroso aún, los que manipulan el asesinato de millones de indefensos para acomodarlos a otros sucesos de nuestra actualidad con claros fines políticos. Pero atención, no hace falta irse tan lejos para encontrarlos.

Deseo citar a Zygmunt Bauman para quien “el Holocausto es una posibilidad de la Modernidad, una cara distinta de nuestra sociedad”. Fue el mundo racional, en el centro mismo de la Europa más desarrollada y en pleno Siglo XX, el que proveyó las condiciones necesarias para el episodio más aberrante que se conozca. Se asesinaba sin odio ni pasiones; la burocracia nazi, tras hacer cálculos y considerar los recursos existentes, eligió el exterminio y a su socio, las cámaras de gas, como el medio más eficaz para erradicar el problema judío. Familias enteras, niños, ancianos, mujeres, todo sujeto que no se amoldara a su definición de hombre era pasible de ser exterminado.

Permítanme decirles por qué siento que estamos hoy acá reunidos. La memoria es fundamental: un pueblo sin memoria, es un pueblo sin futuro por lo que no podemos dejar de recordar nuestro pasado y entenderlo para sacar conclusiones para nuestro presente y futuro. Por otra parte, el honrar a nuestros queridos sobrevivientes es también muy importante; ustedes, con su valentía y coraje, son faros que nos iluminan el camino. Ser la última generación que tiene la oportunidad de escucharlos es un desafío que asumimos con honor. No obstante, sigo pensando que hay algo más.

Me doy cuento que todos los jóvenes, independientemente de nuestra religión o credo, tenemos una responsabilidad; que una sociedad moderna como la alemana fuera capaz de cultivar un sistema capaz de provocar el Holocausto nos obliga a reflexionar. Si quienes nos rodean siguen sin tomar nota y las enseñanzas de la Shoá siguen siendo postergadas, los jóvenes deberemos ser quienes asumamos el legado de tantas víctimas inocentes y provocar el verdadero cambio para un mundo más justo y en el que reine la coexistencia. En definitiva, tener el placer de escuchar hoy a sobrevivientes de la Shoá y a un panel de profesionales tan distinguidos en la materia debe llevarnos a un único objetivo: involucrarnos con nuestra responsabilidad. Muchas gracias."

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