Nueve en punto. Veinte desconocidos invaden el patio de Dorja, que de a poquito se va poblando con la banda local. El sol comienza a ganarle la batalla a la sombra, mientras la brocha gorda y la pintura se apoderan de columnas, paredes y puertas, pero también de shorts, remeras y alguna que otra zapatilla. Manos multicolores estadounidenses trabajan junto a pies dorjenses que siguen dejando huellas.
Cambiamos verde por azul, blanco por más blanco y castellano por inglés. Junto a un grupo de jóvenes traidos de tierras lejanas le dimos todavía más fuerza a nuestra comunidad. Los chicos de Michigan trabajaron duro durante toda la semana pasada con nuestra gente en lo que fue la primera actividad del nuevo espacio de universitarios de Dorja. ¿El saldo? Un Dorja renovado y con aire fresco, murales vivos y pasos firmes. Pero también la promesa y el compromiso intacto de lograr formar un nuevo grupo con gente que tiene un amor incontrolable e infinito por la comunidad más grande del mundo.
El bautismo de fuego de los jóvenes universitarios fue superado con esfuerzo y mucha polenta. De Michigan conseguimos la inspiración para seguir trabajando y volver a creer. Y demostramos que más de uno está dispuesto a poner las manos en la pintura por Dorja.
1 comentario:
mataron las personitas de tren (gracias Nico!)
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